Farm,United Kingdom,Two farmers kneeling in a field, holding bunches of freshly picked carrots.
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MENÚ: De primero “comer”, de segundo “pensar”

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El Día Internacional de la Conciencia fue establecido por la ONU en 2020, y desde entonces se conmemora cada 5 de abril. Con esta efeméride se quiere destacar la importancia de la educación de calidad y las actividades de concienciación pública que promueven el desarrollo sostenible y una cultura de la paz. Desde Superfuüd, donde recomendamos “comer con sentido común” y promovemos un modelo de “alimentación consciente”, nos ha dado por celebrar esta jornada filosofando un poco sobre aquello que nos llevamos a la boca 3 veces al día.

¿Comer puede ser una acción política, una expresión cultural, un reflejo de la economía, una llamada de protesta…? En efecto, sí. El acto de comer (o de no comer) está tan preñado de significados e implicaciones como de sabores y nutrientes. Si comemos con conciencia de nuestro cuerpo, pero también con conciencia de la humanidad y del planeta, el hecho de alimentarnos pasa por una reflexión donde la sostenibilidad, la solidaridad, la política, la economía, la educación o la cultura tienen mucho que decir.

“Que coman pasteles”

¿Qué supone la alimentación para el mantenimiento de la paz y la cohesión social? Todos conocemos el supuesto comentario atribuido a la reina María Antonieta, quien, tras ser advertida de que el pueblo estaba sufriendo como consecuencia de la amplia escasez de pan, ésta habría respondido: “que coman pasteles”. Nos escandaliza la infame crueldad de estas palabras, que aún hoy siguen agudizando nuestra conciencia de que lo que para algunos es algo tan normal como comer tres veces al día, para otros muchos es una excepcionalidad.

El hambre y la escasez de recursos está en el fondo de revoluciones, guerras, invasiones, movimientos migratorios y transformaciones sociopolíticas. Reflexionemos: si el campesinado francés del siglo XVIII no hubiera estado muerto de hambre, ¿habría tenido lugar la Revolución Francesa, y el cambio político hacia las democracias constitucionales tal y como hoy las conocemos?

Esta cuestión, lamentablemente, sigue tan vigente como hace 300 años, y como siempre lo ha estado a lo largo de la historia del homo sapiens. Por ello, el número 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es HAMBRE CERO: crear un mundo libre de hambre para 2030.

Alimentación “consciente”: salud para nuestro cuerpo y nuestro planeta

¿Somos conscientes de cómo se han plantado, cultivado, recolectado, criado y transportado los alimentos que comemos? La forma en que se desarrolla este proceso, ¿contribuye a la justicia social y a la sostenibilidad del planeta?

Los sistemas alimentarios incluyen todos los elementos relacionados con la producción, procesado, distribución, preparación y consumo de alimentos. La producción de alimentos es el primer factor de degradación medioambiental y contribuye al efecto sobre el calentamiento global a través de su cultivo, de cómo se han criado los animales, de cómo se han almacenado, procesado, envasado y transportado a los distintos mercados de todo el mundo.

Por ello, actualmente se tiende hacia los sistemas alimentarios circulares que ya están siendo reconocidos como parte de la estrategia para mitigar el cambio climático.

En esta dinámica surge la oportunidad de evolucionar de la dieta actual hacia una saludable y sostenible. Este tipo de dieta se caracteriza por incluir alimentos que tienen una menor huella de carbono, y estaría fundamentada en el consumo de vegetales, legumbres, cereales, frutos secos y semillas como alimentos esenciales y alimentos de origen animal producidos en sistemas resilientes, sostenibles y de bajas emisiones.

La alimentación consciente nos moviliza como personas responsables de cuidar nuestra salud y la del planeta.

Una dieta sostenible estaría fundamentada en el consumo de vegetales, legumbres, cereales, frutos secos y semillas.

Una buena alimentación tiene una repercusión directa en nuestra salud, pero también sobre la sostenibilidad del planeta. Las elecciones que realizamos en el consumo de alimentos, y la forma en que estos se producen, tienen impacto sobre el cambio climático, pero también en otras cuestiones de crucial importancia como la política o las relaciones internacionales. Así la Organización Mundial de la Salud engloba los conceptos de la salud humana, la animal y la medioambiental en un único concepto denominado One Health.

Esa es nuestra filosofía e inspiración en Superfuüd, promoviendo la toma de conciencia sobre lo que hay detrás de cada sensación de placer en nuestras papilas gustativas, y tras cada nutriente que nos provee de salud y bienestar. Nuestra carta está basada en el paradigma One Health, y por supuesto en la búsqueda del sabor y de una experiencia culinaria de alta calidad.

Fuentes

EL PAÍS; EL CONFIDENCIAL; NACIONES UNIDAS; WIKIPEDIA; INTEREMPRESAS.